El
tema de hoy en nuestro Rincón del Pensamiento Crítico ha sido LA REPERCUSIÓN DE LAS CAMPAÑAS EN LA
SOCIEDAD, en concreto, un mensaje de una campaña contra los transexuales
patrocinada por Hazte Oír.
Para
reflexionar sobre este tema, hemos iniciado la clase con una noticia de la
actualidad, acompañada por el siguiente titular: Madrid inmoviliza el autobús de
la campaña contra los transexuales. Después, nos ha dicho que nos
fijemos en la siguiente imagen que ilustraba la noticia:
¿Qué nos llama la atención de esta imagen?
El mensaje:
Los niños tienen pene.
Las niñas tienen vulva. Que no te engañen.
Si eres hombre, eres hombre.
Si eres mujer, seguirás siéndolo.
Dirigidos por Ignacio Arsuaga Rato, el grupo
de presión ultraderechista dispone de grandes cantidades de dinero para sus
campañas. El autobús del odio ha sido la más notoria. Esta campaña tiene como
objetivo denunciar las orientaciones sexuales de los niños y niñas diferentes a
la tradicional. Y en efecto, están consiguiendo lo que querían: “hacerse oír”.
De este modo, afecta directamente al ámbito
educativo y a nuestra labor como docentes. Es un hecho que existen muchos tipos
de sexualidad y nos encontraremos con esta realidad en el aula. Sin embargo,
debemos tener en cuenta que este tipo de campañas existe porque hay una gran
parte de la sociedad que comparte esta misma ideología. Por ello, primero, deberemos
analizar las posturas y las opiniones de los ciudadanos y posteriormente
adoptar medidas para evitar el fomento del odio y respetar la dignidad de todas
las personas.
Estamos ante un tema muy delicado, me
costaría mucho tratar este tema en aula cuando la sociedad abusamos de la
libertad de expresión y en verdad, aunque piensen que están haciendo una buena
causa, lo que hacen es todo lo contrario. Debemos tener en cuenta que los niños
se encuentran en un continuo proceso de descubrimiento y de aceptación. Con
este tipo de mensajes los califican como “anormales”, amenazando a su
autoestima y dañando la construcción de su autoconcepto.
Posteriormente, Virgilio nos ha preguntado si
nos considerábamos católicos o ateos. En mi caso, me considero católica, la
mayoría de mi familia lo es, he crecido según unos valores que me han ido
inculcando, pero en ningún momento me han enseñado a rechazar y a excluir a las
personas, todo lo contrario, me han enseñado que debo respetar la libertad
individual de cada una de las personas independientemente de su orientación
sexual, de su procedencia, de sus creencias, de su cultura, etc. No logro
entender a las personas que no respetan los derechos y la dignidad de los demás
y creo que hay bastante maldad por su parte. Desde mi punto de vista, el
mensaje no ha sido para nada asertivo. Es cierto que cada uno puede pensar lo
que quiera, pero deberían ponerse en el lugar de estos niños, sin apoyarnos en
la religión para defender nuestros argumentos ya que por encima de todo somos
personas. Si lo que pretendían era hacer daño y fomentar el odio, lo han
conseguido. ¿Cómo puedo hacer que un niño cuyos padres están a favor de estas
campañas cambie de opinión si para él lo que dicen sus padres y lo que la mayoría
defiende es lo correcto?
Teniendo respeto y reverencia por la
vida, entramos en una relación espiritual con el mundo.
Albert
Schweitzer
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